CÍA. JAVIER ARNAS
Informe para una academia
Hace cinco años que el mono Pedro el Rojo fue capturado forzosamente en la Costa de Oro y transportado en una jaula en un barco hasta Hamburgo, donde se encontró con la disyuntiva sobre su vida futura: ¿zoológico o variedades? Pedro, que fue arrancado de su hábitat natural, se debate entre la adaptación o la muerte, y opta por la primera, «decide dejar de ser mono», renunciando a su propia identidad.
Una metáfora de la lucha interna de cada hombre, que mira a la libertad y a la necesidad en relación a la voluntad de acción como concepto vital. El mono acaba poniendo un espejo frente a la sociedad, al ser humano, a la humanidad.
Está atrapado, ya no puede ubicársele como simio, pero tampoco como hombre…